Aprovechando que hoy es el Día Internacional del Libro, y que, además, se otorgan los más prestigiosos premios a las letras hispánicas (Los Premios Cervantes), qué mejor que hablar del ilustre hidalgo. ¿Te gustaría seguir los pasos de Don Quijote a través de villas centenarias, caminos históricos y todos aquellos espacios naturales que describió Miguel de Cervantes en su obra? Pues ahora tienes la oportunidad de hacerlo con tu autocaravana.
La obra cumbre de la litera española dio a conocer Castilla La Mancha a todo el mundo, recorrer esta comunidad siguiendo los pasos del ingenioso hidalgo, es una magnífica manera de descubrir esta tierra. Aunque desde la fundación de turismo de la comunidad propone una ruta de más de 2000 kilómetros, existe una ruta alternativa que puedes recorrer con tu autocaravana, visitando aquellos lugares en los que Don Quijote dejase su eterna huella.
Tras los pasos del Quijote en autocaravana
Para seguir al ingenioso hidalgo «a lomos» de nuestra autocaravana lo mejor es comenzar por Toledo, capital de Castilla La Mancha y declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco. En ella encontraremos una infinidad de edificios históricos y rincones que vale la pena descubrir, aunque la única forma de verla en su plenitud es desde el mirador del Valle a las afueras de la ciudad vieja.
Desde aquí y tras dejar atrás Nambrosa, encontramos el castillo de Almonacid de Toledo. En Mora podemos visitar el castillo de Peñas Negras, actualmente en ruinas. Desde nuestra siguiente parada será Tembleque, el pueblo que enamoró a la reina Juana I de Castilla y que posee una de las plazas más espectaculares de La Mancha.
El Campo de Criptana y los molinos de viento
Por supuesto, el plato fuerte del viaje son los molinos de viento, esos los encontramos en tierras de Ciudad Real. Campo de Criptana tiene las vistas más famosas de toda Castilla La Mancha gracias a sus molinos de viento, que dominan el pueblo desde un elevado cerro. Fueron esos molinos contra los que luchó Don Quijote durante un brote de locura. Cada uno de los molinos tiene nombre propio, algunos conservan sus mecanismos antiguos. Uno de ellos, el Culebro, es sede del museo sobre Sara Montiel.
A unos 18 kilómetros del lugar dónde el ingenioso hidalgo enloqueció, el camino se vuelve más intenso al llegar a El Toboso, cuna de la mujer que enamoró a Don Quijote. Aquí, hay una visita obligada al museo Cervantino, donde se exponen numerosas ediciones especiales de la famosa novela. Seguimos nuestro camino hacia Ossa de Montiel, donde se sucedieron dos de los episodios más famosos del libro, la cueva de Montesinos, donde Don Quijote viajó en el tiempo y el castillo de Rochafrida.
Desde aquí llegaremos a Villamanrique y al solitario castillo de Montizón. Seguiremos nuestro camino y entre un océano de viñedos aparecerá Valdepeñas. Desde aquí y siguiendo el cauce del Acer, llegaremos a otro de los grandes hitos de esta ruta, Almagro. Aquí encontraremos muchos puntos de interés histórico como su impresionante plaza y su famoso Corral de Comedias.
Desde Almagro podemos aprovechar para visitar el famoso parque natural de Las Tablas de Daimiel, a tan sólo cuarenta kilómetros. Allí además de disfrutar de la espectacular vista natural, tendremos acceso a un parque de autocaravanas con área de servicio, para la que deberemos reservar plaza en el Centro de Visitas.
Nuestra siguiente parada en la ruta está en Puertollano, con todas sus estructuras mineras casi intactas. Desde aquí nos sumergimos en los campos de Calatrava, pasando por localidades llenas de encanto y de historia como Calzada de Calatrava, donde podemos visitas las ruinas del castillo de Salvatierra.
Regresando sobre nuestros pasos de nuevo hasta Campos de Criptana, llegaremos a la última parada de nuestra ruta, Argamasilla de Alba, el famoso lugar cuyo nombre Cervantes no quería recordar. Es aquí donde podemos encontrar la famosa cueva de Medrano, el lugar en el que, según se cuenta, Cervantes comenzó a escribir el Quijote estando preso.