Las autocaravanas, como casi todos los vehículos han tenido un pasado. Incluso antes de que inventásemos la rueda, los humanos ya teníamos autocaravanas, grandes carros con patines y tracción animal. Según fuimos avanzando tecnológicamente, también lo hicieron nuestros medios de transporte, con la aparición de la rueda los carros mejoraron y se convirtieron en carretas, carros de combate o carros de transporte. Más tarde inventamos el eje y, de nuevo, mejoramos nuestro principal medio de transporte.
Ha sido de esta forma como la autocaravana ha ido evolucionando con el tiempo, desde las primeros carros, pasando por las conocidas carretas que conducían a través de Estados Unidos los pioneros y colonos. Incluso las famosas diligencias que unían las ciudades del Salvaje Oeste no son más que las autocaravanas de la época.

La autocaravana siempre ha estado con nosotros, solo ha cambiado su forma. Como es de esperar, también ha tenido que adaptarse a nuestras necesidades, por eso las diligencias no eran igual que las carretas de colonos, de la misma forma que, hoy en día, existen muchos tipos de caravanas y autocaravanas.
Hoy os quiero hablar de una autocaravana muy especial la Jungle Yacht, una autocaravana pensada para atravesar la jungla. Para conocerla debemos viajar hasta los lejanos años 30. Estamos en el periodo conocido como de entre-guerras, en plena Gran Depresión. Un italiano aventurero llamado Attilio Gatti tiene un sueño, realizar una expedición por el peligroso corazón de la África Negra. El resultado de ese sueño fue la Jungle Yacht, una enorme autocaravana diseñada para atravesar el Congo Belga.

Hecha con los chasis de varios camiones, media 13 metros de largo y pesaba 9 toneladas. La Jungle Yacht era el centro de operaciones de las expediciones del señor Gatti por la jungla. Construyó más de una y todas estaban repletas de comodidades, tenían generadores eléctricos que permitían, además de iluminar el vehículo, abastecer de electricidad al campamento y establecer un perímetro de seguridad.

Attilio Gatti, además de un amante de las autocaravanas fue un reconocido escritor, desarrollador de documentales, antropólogo y uno de los mayores conocedores de los secretos de África de su tiempo.